Este pasado sábado 16, tuvimos uno de los Talleres Breves más interesantes en lo que va de año. De la mano de Carlos Gil, doctor en Teología y profesor de la Universidad de Deusto, nos embarcamos en un estimulante viaje a través de la teología paulina que nos llevó desde los orígenes judíos de Pablo a la expansión de las primeras comunidades a mediados del siglo I. Así, nuestra primera parada nos hizo vislumbrar la Ley desde una nueva perspectiva y encuadrarla dentro del contexto de gracia del que es expresión. Su cumplimiento no acarrea per se la salvación, sino la voluntad de querer permanecer dentro de la Alianza. Marca más bien pertenencia al pueblo de Dios, y recae en la decisión libre y personal de cada cual cumplirla o no. En este sistema, la transgresión se subsana con el sistema sacrificial organizado alrededor del Templo.
Pasamos luego a conocer la diversidad del movimiento de judíos creyentes en Jesús y nos enfocamos en los helenistas de Damasco y su teología, la cual tendrá un gran impacto en Pablo merced al recurso a la figura del Siervo de Yahvé para interpretar la muerte de Jesús y el cuestionamiento del Templo. De aquí pasamos a la centralidad de la Cruz en la teología paulina y a la experiencia de Pablo de liberación del pecado. En este sentido, ahora la cuestión no será la capacidad o incapacidad para cumplir la Ley, sino la toma de conciencia de que Dios acepta del ser humano todo, tanto lo “bueno” como lo “malo”.
Tras un animado diálogo y nuestra habitual pausa para el café, abordamos el segundo bloque del Taller, la construcción de la comunidad que propone Pablo. Aquí conocimos desde el entorno social en el que Pablo predicó (los talleres de las insulae romanas) hasta el principio central que abandera Pablo: la edificación de la comunidad. Tomamos aquí el ejemplo que nos brinda la Primera Carta a los Corintios, tratando algunos de los conflictos que enumera la carta. A este respecto, las opciones de Pablo no coinciden tanto con aquello que es “mejor” o “peor”, sino con lo que construye o destruye a la Iglesia. Así, por ejemplo, en la polémica de 1Cor 11 sobre el velo de las mujeres, no se alinea con aquellos que enuncian un orden patriarcal en la iglesia, pero tampoco con quienes en la postura contraria exteriorizan su rechazo a la construcción de géneros tomando los atributos del otro género/sexo (así, las mujeres se cortaban el pelo y los hombres se lo dejaban largo). Lo importante para Pablo no es si las mujeres debían llevar velo o no cuando profetizaban (actividad que Pablo no censura), sino cuál era el comportamiento que generaba cohesión y comunión. Por eso, las posturas de Pablo a veces nos pueden parecer ambiguas, porque lo que genera comunión en un caso puede no generarlo en otro. Aquí el criterio que primará es el de ser cuerpo de Cristo.
Así concluyó un estupendo Taller, ameno y a la vez demucho calado, salpicado de preguntas y reflexiones, en que la asistencia llegó a las 70 personas.
Puedes descargarte aquí los materiales que usamos en el Taller. También puedes clicar aquí si quieres conocer alguno de los trabajos de Carlos Gil sobre las primeras comunidades cristianas.