Hablando de Dios...

Esto fue lo que tratamos en nuestro último Taller Breve en Barcelona. Acudieron, como se suele decir, pocas personas, pero buenas, que compensaron la escasa asistencia con una participación activa y  de calidad.

Después de unas palabras de exordio por parte de nuestra moderadora, Marta López, comenzamos con una introducción a nuestro tema: actualizar y articular nuestra experiencia de fe cristiana. La interrelación entre la confesión de fe verbal y la experiencia religiosa interna es un proceso vital que posee un importante potencial terapéutico. Mediante una dinámica de trabajo nos aproximamos al texto del Credo Apostólico, que tan importante ha sido a lo largo de los pasados quince siglos. Seguimos con una breve exposición histórica que pretendió recordarnos el origen, la función y el contexto eclesial de dicho Credo. En el coloquio a continuación nos dimos cuenta que en nuestros actuales cultos prácticamente han desaparecido los tradicionales credos cristianos. Lo constatamos como un indicio del cambio en el que nos vemos inmersos como comunidad cristiana, y también a modo de un desafío para volver a encontrar unas palabras significantes, sinceras, entendibles y coherentes para expresar nuestra fe.

    La parte central del Taller consistió en la exposición sobre la estructura del Credo Apostólico. Para ello, el ponente, Rainer Sörgel, partió de un trabajo de una teóloga alemana (Gerda Riedl) que sostiene que la estructura del Credo cristiano refleja la dinámica de la experiencia de fe de la comunidad primitiva. Vimos primero la macro-estructura del Credo, que es fundamentalmente una estructura trinitaria, para después, concentrarnos en la estructura del primer artículo, en el que articulamos nuestra fe en Dios. Nos dimos cuenta de que estas pocas palabras del Credo, que versan “Creo en Dios…”, han sido cuidadosamente sopesadas y elegidas para reflejar con insuperable brevedad y precisión la fe cristiana. Un descubrimiento que se confirmó en el trabajo en grupo que seguía a la exposición y para el que nos propusimos formular nosotros mismos un primer artículo de un credo que reflejara nuestra propia experiencia de fe. Después de un muy animado debate sobre los elementos principales de nuestra fe en Dios y las palabras adecuadas que la podrían expresar, el tiempo se nos echó encima... Pero seguro que, si en uno de estos días tenemos que decir el credo en un culto, lo haremos más conscientemente.