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"Porque la Biblia dice"...
19-01-2018

El pasado sábado 13 de enero nuestro mensual Taller Breve en Madrid llevó el título "Porque la Biblia dice". Fundamentalismo y protestantismo, que estuvo a cargo de Mireia Vidal, profesora de historia de la teología de la Facultad SEUT y coordinadora del Taller Teológico. El objetivo de este Taller era primero acercarse al contexto en el que éste nació y luego exponer sus rasgos principales, puesto que se trata de una realidad cada vez más presente en nuestro protestantismo español.

 

Empezamos señalando la legitimidad de las cuestiones a las que responde el fundamentalismo, esto es, cómo hablar de Dios en una sociedad que se percibe cada vez más de-cristianizada. Este cuadro aparece por primera vez a finales del siglo XIX e inicios del XX en Estados Unidos, que será la cuna del fundamentalismo protesante que llega hasta nuestros días. Quisimos también aclarar la definición de "fundamentalismo", usando entre otras herramientas una definción de un fundamentalista: "El fundamentalismo es una filosofía del ministerio caracterizada por una apologética militante de defensa apasionada, que no se avergüenza de la proclamación de la fe cristiana desde las Escrituras frente a la incredulidad pagana, el revisionismo teológico y el consenso".

 

Esbozamos varias de las líneas que confluyen y alimentan la aparición del fundamentalismo a finales de siglo XIX: los avivamientos, el premileniarismo, el pietismo, el movimiento de santidad, el confesionalismo reformado y las ortodoxias denominacionales. Cabe decir que el fundamentalismo que aparece ahora no se da en realidad en una sola denominación y no se entiende en realidad como grupo separado del ambiente eclesial al que pertenecen sus miemebros. En realidad, el fundamentalismo de la época es transversal al protestantismo americano, aunque es entre presbiterianos y bautistas que se halla más presente. Reacciona en particular a dos cuestiones: al modernismo y al evolucionismo, y este carácter reactivo es su aglutinante.

 

Será hacia 1910 cuando los cinco puntos básicos de fundamentalismo se formulan claramente:

 

  1. Inerrancia de la Biblia
  2. Nacimiento virginal
  3. Expiación sustitutoria
  4. Resurrección corporal
  5. Autenticidad de los milagros

 

Los Fundamentales, obra de carácter enciclopédico publicada entre 1910 y 1915 sintentizará la postura fundamentalista, que cada vez iría tomando cada vez más fuerza en las denominaciones; todas ellas sujetas en el momento a un fuerte debate entre fundamentalistas y liberales. El ascendente fundamentalista será fuerte hasta 1920, cuando el conocido episodio del "Juicio del Mono" desacreditará al movimiento.

 

Durante las siguientes épocas, el fundamentalismo se reagrupará y fortalecerá, apareciendo de nuevo a finales de los años 50 e inicios de los 60, como parte del movimento evangelical que tiene en figuras como Bill Graham sus promotores, por bien que la alianza entre evangelicalismo y fundamentalismo no estuvo extenta de tensiones. A partir de los años 90, el fundamentalismo tomará un carácter más diferenciado, hasta llegar a nuestros días, aunque sus cinco principios básicos, enunciados arriba, siguen siendo los mismos, tal como muestra la Declaración de Chicago (1978).

 

 

El Taller usó diversas herramientas para ilustrar todos estos contenidos, desde escenas de la película La herencia del viento a una predicación de John Mc. Arthur, una de las voces del movimiento más reconocidas en la actualidad. Se trató de un Taller muy dinámico y participativo, en el cual el debate articuló en buena medida el desarrollo del tema.