Filosofía del Taller Teológico

Nuestra intención: colaborar con la iglesia local

El Taller Teológico está especialmente enfocado al servicio a las iglesias locales. En este sentido, lo que el TT pretende facilitar son herramientas que introduzcan en algunos casos y en otros profundicen en la formación teológica.

 

Esta formación teológica no se concibe sin embargo en términos estrictamente teóricos, al estilo de la que podría impartir una facultad teológica, sino como una formación eminentemente práctica que pone en primer plano la experiencia eclesial. Así, cada creyente puede desarrollar los dones y el conocimiento que tiene a su alcance. Por este mismo principio, el TT no cuenta ni con estudiantes ni con alumnos, sino con participantes, participantes en el TT dentro del contexto de su iglesia local.

 

 

Nuestros interlocutores: creyentes que buscan servir

La formación de creyentes que, sin querer comprometerse en unos estudios teológicos universitarios, tienen sin embargo inquietud para servir en sus comunidades es un área apenas desarrollada en el panorama evangélico español. Muchos y muchas creyentes en nuestras comunidades se encuentran ante los retos que presenta la vida eclesial, como pueden ser la preparación de una escuela dominical, moderar una reunión de iglesia o celebrar un culto, etc.

 

Éstos son los desafíos que quiere atender de la mejor manera posible el TT, ofreciendo una formación competente y relevante para la Iglesia de nuestro tiempo.

 

 

Nuestra pedagogía: formar sin adoctrinar

El TT pone en juego dos realidades que se complementan la una a la otra. Por una parte, las iglesias locales. Por otra, la formación de adultos.

 

Dice el refrán que la vida es la mayor escuela de aprendizaje, y ésta también es una convicción que compartimos en el TT. Por ello, entendemos que es la vida eclesial la que debe articular este espacio de aprendizaje, moviéndose continuamente entre la esfera particular y la colectiva. Porque un creyente se realiza dentro de la vida eclesial, también aquí debe darse su crecimiento personal a través de la formación.

 

Por ello, el TT pretende formar y no imponer, animando siempre a poner en relación los materiales con el ámbito eclesial inmediato. Aquí lo que cuenta es la experiencia del creyente y su vehiculación eclesial, no el cuerpo de conocimientos abstractos que pueda o no tener. Partimos de la profunda convicción de que la formación no pretende adoctrinar, sino proveer herramientas que redundarán en beneficio de las comunidades.

 

 

Nuestro itinerario: aprendiendo juntos

Por lo dicho hasta aquí, se entenderá que el pulso que anima al TT es en realidad las iglesias locales, a las que queremos acompañar en su proyecto de formación. Tanto los grupos de estudio en las iglesias como los Talleres Breves pretenden ser espacios de reflexión colectiva. Las variadas opiniones que puedan surgir y el diálogo al que incitan son así la materia prima que sustenta el proceso de aprendizaje común.

 

De esta forma, la iglesia es capaz de hilvanar los diversos tejidos, muchas veces discrepantes, en su cotidianeidad eclesial. En el TT, entendemos nuestra labor como un ministerio que participa de y se integra en este proceso de aprendizaje común.